miércoles, 30 de diciembre de 2009

Refleccion biblica

TENGO SED DE TI SEÑOR

El que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de vida gratuitamente. - Apocalipsis 22:17.

A muchos de nosotros nos resulta difícil imaginarnos la situación de una persona que se muere de sed. En los países de clima templado, es poco probable que alguien lo experimente. Pero es muy distinto en las extensas zonas desérticas. Cuando a un viajero se le termina el agua y pierde la esperanza de alcanzar a tiempo un oasis, se apodera de él una angustia mortal: daría todo por un trago de agua. Y si de manera inesperada recibe ayuda de alguna parte, es para él "agua de vida." Tal vez la gente que vivía en Palestina antiguamente haya comprendido al Señor Jesús mejor que nosotros. Cuando él habló de "agua viva", se refería al Espíritu Santo que iban a recibir todos los que creyeran en él (Juan 7:37-39). Si nuestra manera civilizada de vivir nos protege de las contingencias de la naturaleza, no puede remediar al hecho de que el pecado nos ha quitado lo que la relación con Dios era originalmente. Por eso nociones como eternidad, conciencia, pecado y arrepentimiento son rechazadas.Sin embargo, la humanidad está de viaje y nota cada vez más cuán poco satisfactoria es la vida que se orienta hacia lo visible, cuán falible es una moral que no se funda en Dios y cuán vacía es una vida sin objetivos eternos.Sólo la fe en el Señor Jesucristo puede dar una profunda razón de ser a nuestra vida, apagar la sed de felicidad y brindar una meta: la eternidad con Jesucristo, nuestro Salvador.

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