1 Corintios 1:18, 23.
La palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios… Nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura. -
Al principio del cristianismo la cruz era un signo que los emperadores romanos odiaban. Perseguían y mataban a los cristianos porque éstos creían en el Hijo de Dios. Pero a pesar de todo, el mensaje de la cruz se difundía y alcanzaba cada vez a más personas. Muchos lo recibieron y fueron salvos.En aquellos tiempos, a los seguidores de Cristo se les consideraba como «adoradores del asno».
Para los paganos, la cruz era un símbolo de derrota y vergüenza. Sin embargo, en la cruz del Gólgota Cristo obtuvo una poderosa victoria sobre el pecado, la muerte y el diablo.
Para el mundo incrédulo, lo último que vio de Jesús fue su crucifixión. Pero nosotros sabemos que él resucitó al tercer día y que ahora está exaltado hasta lo sumo en la presencia de Dios. Este Salvador viviente, de quien el mundo de hoy aún se burla o contra quien se enoja, es la única salvación para el hombre pecador.
Él es el poder de Dios que puede transformar a los seres humanos. Éstos no pueden salvarse a sí mismos, pues son esclavos del pecado y del diablo, pero son salvos cuando creen en el Salvador.