domingo, 3 de enero de 2010

Refleccion biblica

LA UNIDAD DE LA IGLESIA


Por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo.
- 1 Corintios 12:13. (Hay) un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación. - Efesios 4:4.

¿Se puede hablar verdaderamente de la unidad de la Iglesia? Exteriormente no vemos una única iglesia, sino muchas iglesias que se oponen y se dividen. ¡Cuán triste es esto!.

Pero existe la realidad espiritual que sólo Dios conoce perfectamente. Su Palabra nos declara que la Iglesia es fundamentalmente un solo cuerpo formado por todos los verdaderos creyentes, en quienes habita el mismo Espíritu y van hacia un mismo porvenir.

Un solo cuerpo: no diversos movimientos religiosos, ni inscripciones en un registro de iglesia, sino un organismo vivo, un cuerpo animado con la vida de Cristo, cuyos miembros se encuentran esparcidos por todo el mundo. ¡Es de desear que nuestros afectos y nuestras oraciones se dediquen a la Iglesia en su totalidad!.

Un solo Espíritu: no voluntades independientes, ni costumbres culturales, sino un solo Espíritu que vino de Dios para unir a los creyentes, fortalecerlos y dirigirlos. ¡Evitemos negar con nuestras actitudes esta unidad establecida por el mismo Espíritu Santo!.

Una sola Esperanza: no opiniones divergentes, sino un mismo porvenir maravilloso. Por variadas que fuesen nuestras vidas, todas tienen el mismo fin: la casa del Padre, en la cual todos estaremos reunidos alrededor del Esposo, nuestro Salvador Jesucristo. ¡Qué gozo será poder verle y adorarle todos juntos!.

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