Luk 8:22 Aconteció en uno de aquellos días, que él entró en una barca, y también sus discípulos. Y les dijo: —Pasemos a la otra orilla del lago. Y zarparon.
Luk 8:23 Pero mientras ellos navegaban, él se durmió. Entonces se desencadenó una tempestad de viento en el lago, y ellos se anegaban y peligraban.
Luk 8:24 Acercándose a él, le despertaron diciendo: —¡Maestro, Maestro! ¡Perecemos! Y despertándose, reprendió al viento y al oleaje del agua; y cesaron, y se hizo bonanza.
Luk 8:25 Entonces les dijo: —¿Dónde está vuestra fe? Atemorizados, se maravillaron diciéndose los unos a los otros: —¿Quién es éste, que manda aun a los vientos y al agua, y le obedecen?
Luk 8:26 Navegaron a la tierra de los gadarenos, que está frente a Galilea.
Luk 8:27 Al bajarse él a tierra, le salió al encuentro un hombre de la ciudad, el cual tenía demonios. Desde hacía mucho tiempo no había llevado ropa, ni vivía en una casa, sino entre los sepulcros.