domingo, 21 de marzo de 2010

PENSAMIENTO

LA COBERTURA DE DIOS

SALMO 91:1-8

El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Todopoderoso.
91:2 Diré yo a Jehovah: "¡Refugio mío y castillo mío, mi Dios en quien confío!"
91:3 Porque él te librará de la trampa del cazador y de la peste destructora.
91:4 Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas te refugiarás; escudo y defensa es su verdad.
91:5 No tendrás temor de espanto nocturno, ni de flecha que vuele de día,
91:6 ni de peste que ande en la oscuridad, ni de plaga que en pleno día destruya.
91:7 Caerán a tu lado mil y diez mil a tu mano derecha, pero a ti no llegará.
91:8 Ciertamente con tus ojos mirarás y verás la recompensa de los impíos..

El que por fe escoge a Dios como su protector, encontrará en Él todo lo que necesite o desee. Quienes han hallado el consuelo de hacer del Señor su refugio, no pueden sino desear que los demás puedan hacer lo mismo. La vida espiritual está protegida por la gracia divina contra las tentaciones de Satanás, que son como los lazos del cazador, y del contagio del pecado que es una peste detructora. Se promete gran seguridad a los creyentes en medio del peligro. La sabiduría les impedirá asustarse sin causa y la fe les impedirá asustarse indebidamente. Lo que se haga es la voluntad de nuestro Padre celestial; y no tenemos razón para temer. El pueblo de Dios verá cumplidas no sólo las promesas de Dios sino sus amenazas. Entonces, que los pecadores acudan al Señor ante el trono de la gracia en el nombre del Redentor, y exhorte a otros a confiar en Él también.

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