lunes, 2 de noviembre de 2009

Refleccion biblica

LA BONDAD DE DIOS

Tito 3:3-5.

Nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros. Pero cuando nuestro Salvador, y su amor pase manifestó la bondad de Dios ra con los hombres, nos salvó. -


Esta bondad de Dios está magníficamente ilustrada en una historia de David relatada en 2 Samuel 9:1-13. Mefi-boset, el nieto del rey Saúl, se escondió lejos de la capital, en el otro extremo del país. Conocía el odio feroz que sentía su abuelo por su abnegado servidor David, ahora sentado en el trono de Israel. Lo que no sabía era que la “misericordia de Dios” llenaba el corazón de David.Hoy en día ocurre lo mismo con muchas personas. No confían en Dios quien, sin embargo, las ama, y se ocultan cuando él les ofrece su paz.Entonces fue David quien tomó la iniciativa de buscar a ese hombre, traerlo a Jerusalén y hablarle con dulzura y misericordia. Su bondad fue mucho más allá de un simple perdón; lo impelió a que diese a Mefi-boset el estatus de hijo de rey. Como tal comió todos los días a la mesa real, aunque a causa de su invalidez, difícilmente pudo ser útil al rey.Pues bien, Dios obró de la misma manera para con nosotros los cristianos: nos dio el derecho de ser sus hijos, a nosotros quienes éramos hostiles para con él. Desde ahora podemos vivir cerca de él y conocer su voluntad. Conduzcámonos, pues, como hijos de Dios, dando testimonio de “la bondad de Dios nuestro Salvador”.

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